Alexander Sutherland Neill y la escuela de Summerhill

Alexander Sutherland Neill

Summerhill fue un proyecto educativo llevado a cabo en 1921, por Alexander Sutherland Neill. Neill era un educador progresista y pedagogo libertario que estaba totalmente en contra de la pedagogía autoritaria, propia de muchas escuelas de su Escocia natal (y en general de las escuelas de la época). Se licenció en 1912 en la Universidad de Edimburgo y tuvo sus primeras experiencias como docente en una escuela de Escocia (en 1915), dichas experiencias lo marcarían como promotor de una corriente pedagógica cuyas bases se asentarían sobre el psicoanálisis y el rechazo al autoritarismo disciplinar de la escuela.

Teniendo en cuenta la época en la que vivió Neill, sus ideas siguen sonando frescas y nada acercadas a la realidad en la que viven la mayoría de las instituciones educativas de la actualidad. Donde todo son normas, donde los niños y niñas son tratados jerárquicamente, donde se les priva en muchas ocasiones de ser autónomos y donde las reglas y las leyes los asfixian, creando en los pequeños un nivel de estrés y ansiedad que los condicionan y los hacen menospreciarse, afectando directamente a su autoestima por no poder llegar a cumplir con los objetivos comunes. Donde ser parte de mayoría parece ser lo único que importa, sin tener en cuenta las ventajas y desventajas académicas y de interés de cada individuo.

¿Qué hace de Summerhill una escuela especial?

Summerhill tiene varios sobrenombres como “la escuela democrática” o “La democracia de niños más antigua del mundo”.  En esta escuela la educación gira en torno a la libertad, a que nadie se vea coaccionado por la autoridad de otro, a la autonomía o la autorregulación de cada individuo y a la búsqueda de niños y niñas felices.

Las normas de la institución se tomaban mediante votaciones en asambleas formadas por los docentes y los niños y niñas. En estas asambleas el voto de los niños y el de los profesores tenía el mismo valor. Allí los docentes no estaban por encima de los alumnos, ni se juzgaba al alumno por ser más joven o por carecer de conocimientos. Todos eran individuos iguales. Esto no quiere decir que no hubiese “castigos” a conductas negativas como, por ejemplo, robar. En estos casos, los “crímenes” eran tratados por los niños y niñas en las asambleas, donde se decidía entre todos como actuar al respecto.

En Summerhill los niños podían elegir que asignaturas querían estudiar y podían asistir o no a ellas, ya que no estaban obligados. A veces, cuando un niño o niña nuevo llegaba a Summerhill podía pasarse un tiempo sin ir a clase, pero acababan acudiendo por voluntad propia a las clases que a le interesaban. La libertad de elegir el momento y el qué son uno de los factores más motivacionales de Summerhill.

La estructura del centro y la relación profesor-alumno

En cuanto a la estructura de las clases, es similar al de las demás escuelas. A veces cuando algún profesor quería innovar en sus clases, eran los propios niños y niñas quienes exigían que se les diera clase “de la misma forma que antes”. Las diferencias radican en cuanto al nivel de “ansiedad” que provoca la escuela tradicional frente la escuela de Neill. La diferencia está en que los niños no están obligados a asistir a las clases y, en el caso de los profesores, no tienen que estar tan pendientes de obtener resultados, sino que solo deben enseñar correctamente. Tampoco hay una jerarquía, por lo que se tratan como iguales. Como consecuencia, la relación entre profesores y alumnos es más relajada ya que no están sometidos a esa presión.

El punto de vista de Neill

La autonomía, autorregulación

En esta escuela no se buscaba formar individuos sumisos, sino formar gente autónoma, libre, dueños de sus propias vidas y seguros de sí mismos y de sus decisiones. Para ello, Neill sostenía que la labor de los maestros no consistía en pretender ser un modelo a seguir, sino ser un guía. Opinaba que los colegios debían ser entornos no jerarquizados y no disciplinarios, de esa forma los niños y las niñas podrían tomar sus propias decisiones sobre su aprendizaje.

Los padres y la escuela

El problema de la autonomía está en que todos los niños y niñas son moldeados ya sea por los padres o por la escuela tradicional, que son los principales agentes de perpetuación del status quo. Neill ve a la familia como un pequeño gobierno en sí mismo. Los padres mandan, hay una disciplina, se busca obediencia por parte del niño y hay leyes que se aplican a los que viven en la casa. En el hogar se suele mirar por el honor, la estima, la pureza sexual… Como sucede con las escuelas, los hogares tienden a criar sujetos sumisos. Neill sostiene que la base de que la civilización esté enferma debe buscarse en la familia sin libertad (sermones, sistema moral, pautas de conducta, etc son el día a día). El niño libre, autónomo, no tiene la sensación de estar atado o reprimido por sus padres, con lo cual no producirá más adelante rebeldía contra ellos o una tendencia a librarse de ellos.

El niño difícil es el niño infeliz. Está en guerra consigo mismo y, en consecuencia, está en guerra con el mundo.

A. S. Neill

Summerhill hoy

A día de hoy Summerhill continua gracias a la hija de Neill, Zöe Neill que comenzó a dirigir la escuela en 1985 sustituyendo a su madre Ena, quien dirigió la escuela tras la muerte de Neill en 1973. Que siga funcionando es complicado, ya que Summerhill es un internado que siempre ha pasado por dificultades financieras. No solo ha tenido los problemas financieros, sino que esta institución ha chocado multitud de veces con el ministerio de educación de Gran Bretaña.

Para terminar recomiendo las lecturas de los siguientes libros:

Como extra, puede verse este «documental» para ilustrarnos de que tipo de escuela se trata Summerhill.

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